Del 1 de enero al 31 de diciembre de 2022 retornaron de manera forzada a Guatemala más de 40 mil 713 personas migrantes, entre estas más de siete mil 335 niñas y niños acompañados y 171 no acompañados, de acuerdo con el Instituto Guatemalteco de Migración (IMG).
Impacto psicológico del retornado forzado
El primer problema en estos casos se plantea en todo el esfuerzo que debe hacer el Estado para la recepción, protección y eventual reinserción social de quienes vuelven sin desearlo hacia el lugar del que prácticamente escaparon por un sinfín de razones y, sobre todo, por la precariedad que enfrentaban.
Pero más allá de eso, obra el choque cultural inverso que se inicia cuando se planea el regreso a casa, aunque muchos de los retornados por las autoridades estadounidenses y mexicanas ni siquiera tuvieron la oportunidad de recuperar los escasos bienes que habían acumulado en su lugar de destino.
El choque cultural emerge al tratar de establecer una cotidianidad al menguar la emoción de las reuniones de bienvenida, mucho más cuando comienza a constatarse que las puertas no se abren tan fácilmente y que las oportunidades de generar ingresos dignos continúan siendo escasas.
Es entonces que la persona migrante retornada da de bruces contra la propia identidad transformada. Las circunstancias llevan a que en un corto lapso estas personas desplieguen sentimientos de soledad y aislamiento, dudas, desilusiones y arrepentimientos que pueden llevarlas a sentirse abrumadas por las responsabilidades y elecciones que deben afrontar.
Irritabilidad, insomnio, miedos, fobias y trastornos psicosomáticos son apenas algunas de las manifestaciones de estos reencuentros con una realidad que trataba de dejarse atrás y que vuelve a convertirse en la única alternativa de sobrevivencia.
No obstante, el reacomodo a las nuevas circunstancias tarda, pero llega y con ello la integración. En medio de esta disminuye la añoranza constante por el sueño que escapó entre los dedos y gana fuerza la capacidad de centrarse en el presente y en trabajar para la consecución de proyectos vitales.
Lo ideal es procurar que cada persona retornada comprendiera cuan enriquecida regresa a su país en términos de experiencias y saberes adquiridos, lo cual puede servirle para impulsar nuevos emprendimientos, con ello pudieran disminuir los altibajos anímicos hasta conseguir una cierta estabilidad.
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Fuente:
Cuéntanos: Impacto psicológico en migración