La concentración es la capacidad del ser humano de enfocar su atención y conciencia de manera voluntaria en la realización de una acción. Es un proceso mental fundamental en nuestro desarrollo y aprendizaje, sin embargo, puede llegar a ser sumamente complicado mantenerla por un tiempo prolongado debido a que estamos expuestos a demasiadas distracciones del entorno; en este artículo informativo podrás conocer cómo contrarrestarlas y conseguir un estado de concentración plena.
La concentración constituye un elemento sumamente importante en las diferentes áreas de nuestra vida, principalmente a nivel académico y laboral. Para lograr mejores resultados y aprender nuevas cosas, la atención voluntaria es necesaria y, para lograrla, debes estar concentrado.
Enfocar tu atención
Dirigir tu atención a una única tarea de manera firme y consciente requiere de un estímulo lo suficientemente fuerte para activar la actividad cerebral, de esta manera se ignoran otros distractores de menor importancia. Asimismo, para lograr desarrollar los focos de atención es necesario que el estímulo se relacione con conocimientos previos y elementos que se encuentren en tu memoria. Cuando ocurren estos acontecimientos en el mundo que te rodea pueden surgir dos tipos de atención:
- Atención involuntaria: Surge cuando se presenta un suceso inesperado y esto ocupa nuestro enfoque sin darnos cuenta, ese suceso puede ser únicamente algo que nos evoque un recuerdo o se relacione con alguno de nuestros gustos, por lo que pocas veces representa un beneficio o avance en nuestros objetivos.
- Atención voluntaria: Se determina de manera consciente, puesto que se establece una tarea y los objetivos a cumplir para lograrla. Las primeras veces que se inicia la actividad en la que nos queremos concentrar, requerimos de un grado considerable de esfuerzo, sin embargo, a medida que lo repetimos se automatiza y lo hacemos naturalmente.
Tipos de distracciones
Los obstáculos que te dificultan concentrarte en tus actividades diarias pueden presentarse de dos formas:
- Distracciones internas: penas, preocupaciones, sueños, ideas, impulsos, pensamientos, anhelos.
- Distracciones externas: notificaciones del celular, conversaciones esporádicas, llamadas, visitas, compromisos repentinos, correos electrónicos, programas de televisión, entre otros.
Elementos que componen la concentración
La concentración surge ante un estímulo que provoca la fijación de nuestra conciencia en algo y es determinada por:
- Los intereses. Determinados por tus deseos o aspiraciones.
- El surgimiento de una necesidad. Principalmente orientada a la solución de una problemática.
- El grado de dificultad de la actividad a realizar. A lo largo de la vida te propones objetivos que varían en cuanto al nivel de esfuerzo que requieren.
Estrategias para desarrollar y mantener la concentración
- Utiliza el lenguaje interno. Controlar tu comportamiento reduciendo la atención en el estímulo más fuerte y enfocándose en otro que, quizás, sea más débil, pero que es más importante y útil. Esto se logra hablando contigo mismo y con las metas claras en tu mente.
- Organiza tu día. Si tienes muchas tareas por cumplir, puedes tomarte un tiempo del día anterior para crear un plan en el que ordenes tus actividades con un tiempo aproximado y un horario específico para realizarlas.
- Encuentra el lugar idóneo. Procura que el entorno en el que desarrolles tus pendientes sea lo suficientemente cómodo e iluminado.
- Procura evitar el multitasking. Hoy en día, se recomienda hacer múltiples tareas simultáneamente para aumentar la eficiencia; sin embargo, esto no es del todo cierto, puesto que, si intentamos enfocarnos en varios estímulos a la vez, no finalizaremos correctamente ninguna acción.
- Ejercita tu capacidad de fijación. Elige una cosa de tu entorno y concéntrate en ella durante al menos dos minutos; durante este tiempo intenta examinar cada detalle evitando pensar en cualquier otra cosa. Este ejercicio te permitirá aplicarlo en acciones más importantes y por una mayor cantidad de tiempo, además de mejorar tu memoria.
- Establece tus prioridades. Ordena tus objetivos de acuerdo la importancia y prontitud con que deben ser alcanzados.
- Define una palabra clave para volver a concentrarte. Cuando creas que has perdido mucho tiempo en distracciones y siendo improductivo, recuerda y menciona esa palabra que te permita retomar tus tareas, puedes intentar con ‘’concentrado’’ o ‘’de vuelta a la acción’’.
- Mantén el orden en tu lugar. Tener un espacio ordenado y libre de caos disminuye las distracciones y permite recordar con facilidad dónde hemos colocado los objetos que son de utilidad.
- Realiza pausas. Es necesario que tomes descansos para que puedas ver resultados. Dedicar mucho tiempo de manera ininterrumpida a una actividad puede generarte estrés y aumentar la posibilidad de distraerte. Utilizar ese tiempo libre para darte pequeñas recompensas por tus avances.
- Respira. Esto puede parecer una tarea sencilla, pero despejar tu mente y hacer respiraciones profundas es de mucha ayuda para enfocarte.
Los seres humanos podemos desarrollar la capacidad de seleccionar nuestros focos de atención, sin embargo, depende, en gran medida, de la sociedad que nos rodea, procura establecer metas claras y rodearte de un círculo de personas que te aporten en el camino a lograrlas.
Contenido relacionado:
Nota: si deseas recibir apoyo psicosocial u orientación sobre diferentes opciones de servicios en el país identificados en Cuéntanos, puedes escribirnos a través de WhatsApp con gusto podremos apoyarte mediante Facebook Messenger o Instagram,de lunes a domingo.
Fuentes:
Universidad Latina (UNILA): ¿Cómo no distraerse al hacer tareas? ¡Sigue estas recomendaciones!
Ernesto Flores, Revista Didáctica y Educación: Proceso de la atención y su implicaicón en el proceso de aprendizaje
Tania Sanz, Habitualmente: Cómo Concentrarte Mejor, Evitar Distraerse Y Terminar Lo Que Empiezas
Educaweb: Técnicas de concentración