De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el autocuidado es la capacidad que desarrollan personas, familias y comunidades para promover y mantener la salud, prevenir enfermedades, y hacer frente a padecimientos y discapacidad con o sin el apoyo de instituciones de atención médica. En esta nota informativa podrás encontrar una serie de prácticas sencillas que te ayudarán a preservar tu bienestar.
El autocuidado incluye actividades físicas, a sabiendas de que somos responsables por nuestro cuerpo y su funcionamiento; actividad cerebral, teniendo responsabilidad sobre lo que pensamos y el ejercicio que le damos a nuestro cerebro; y actividad integral, entendiendo el hecho de que para sentirnos bien, tenemos que convivir y socializar de la mejor manera, además de compartir la vida con quien nos valore.
Actividades de autocuidado
- Dibuja cómo te sientes: Utiliza un lápiz y un cuaderno para dibujar las emociones que estás experimentando. Esto permitirá que encuentres otras formas de exteriorizar cómo te sientes.
- Identifica y escribe las emociones que experimentas: Puedes expresar de manera escrita cómo te sientes, de esa forma podrás percibir detalles que no habías tomado en cuenta.
- Planifica y crea hábitos: Organiza tu día de manera que puedas incluir actividades a favor de tu bienestar y tu crecimiento personal.
- Hacer una pausa: La fatiga por la toma de decisiones, esencialmente, desactiva nuestra capacidad de autocontrol y, a veces, no reconocemos los síntomas que nos indican que necesitamos un descanso. El sistema HALT, nos permite hacer un autoinventario personal mediante el cual podremos reconocer cuándo somos más vulnerables a tomar decisiones deficientes; este método sugiere tomar pausas regularmente durante el día para preguntarnos si nos sentimos hambrientos, enojados, solitarios o cansados.
- Hidratarse: El consumo de agua pura beneficia el procesamiento de toxinas y el funcionamiento corporal, ya que los minerales y vitaminas que contiene son nutrientes del cuerpo. El consumo recomendable es de 2 litros por día, podría ser mayor dependiendo el peso de cada persona.
- Regula tus emociones: Las personas tenemos una reserva limitada de energía diaria que depende de un descanso adecuado y sostenido. A medida que estas reservas se agotan, nuestra capacidad para emitir juicios o decisiones sólidas puede deteriorarse. Conocer nuestros límites y ser capaces de administrar nuestros recursos internos son factores de gran relevancia para tomar decisiones menos emocionales.
- Establece rutinas: Las rutinas nos ayudan a tener responsabilidad sobre las actividades que realizamos y experimentar el sentimiento de logro al concluirlas. Dentro de estas podemos incluir: la alimentación, el descanso, la limpieza y el trabajo.
- Socializa: Establece una comunicación asertiva y activa con las personas que te rodean, de esta forma, podrás contar con una buena red de apoyo.
- Higiene personal: Limpia y desinfecta áreas en las que sueles estar, lava toallas y sábanas, báñate diariamente, y recuerda utilizar cortaúñas, hisopos, cepillo, etc.
- Higiene del sueño: Mantén un horario fijo para acostarte y levantarte, incluidos fines de semana y vacaciones. Los cambios constantes en los horarios de sueño aumentan la probabilidad de que se generen dificultades graves y crónicas para dormir.
- Descanso consciente: Planea tus descansos, tus salidas a caminar, una película sin distracción, regar tus plantas con el suficiente tiempo para darle un respiro a tus ideas y a tu mente; ten en cuenta que estos descansos conscientes ayudan a relajarnos y tomar mejores decisiones.
Recuerda que implementar estos ejercicios puede ayudarte a sentirte mejor y a aumentar tu crecimiento personal.
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Fuente:
Libreta de autocuidado de CuéntaNos: CuéntaNos Guatemala
Organización Panamericana de la Salud (OPS): Autocuidado para personal en primera línea.