Temblores de tierra y sismos

En el idioma español existen tres palabras que, con frecuencia, son utilizadas para referirse a los fenómenos sísmicos. Dos de ellas son temblor y sismo, que aluden a un evento sísmico que no ocasiona daños materiales o económicos perceptibles ni pérdidas humanas; y la tercera es terremoto, evento de mayor magnitud que suele ocasionar daños perceptibles de cualquier tipo en la sociedad.

Centroamérica registró varios terremotos en el pasado que dejaron huellas indelebles en la memoria colectiva de la región e incluso en otras partes del mundo, porque por fuerza alentaron la solidaridad internacional debido a las considerables pérdidas materiales y de vidas de personas que provocaron.

, la realidad es que desde 1976 a la fecha apenas se registraron eventos sísmicos de tamaña envergadura, en particular, en lo relativo a la pérdida de vidas humanas. Muchos menos, consecuencias tan desastrosas en estos países.

En Guatemala, de manera específica, los temblores y los sismos son muy frecuentes y hasta una que otra vez activaron el temor de la reedición de un terremoto. Sin embargo, nunca ocurrió una asonada de este tipo que se pareciera a lo vivido en la década del setenta.
No obstante, vale considerar que el territorio guatemalteco está repartido sobre tres placas tectónicas: Norteamérica, Caribe y Cocos, y que los movimientos relativos entre éstas determinan los principales rasgos topográficos del país y la distribución de los sismos, temblores y terremotos, así como de los volcanes.

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